miércoles, 26 de marzo de 2008

De Vuelta

Después de esta temporada sin aparecer por aquí, vuelvo a hablaros de las Abogallas- bogallas- o agallas...popularmente reciben todos esos nombres, pero el correcto es Abogallas.

En realidad es un parásito el roble. El insecto pone un huevo en la hoja del árbol y ésta, a lo largo del año, se va transformando poco a poco, hasta alcanzar la forma redonda tan característica.



Si se abre una, se puede ver dentro perfectamente el huevo y en algunos casos hasta la larva





En la época de "escasez" los niños de los pueblos jugaban con ellas, les servían para jugar a Las Vacas...las más grandes eran las vacas y los bueyes, y las pequeñitas eran los " churros".

Si las niñas pasaban en ese momento y por un descuido pisaban una...ya estaba el lío armado, ya podías poner tierra por medio hasta que las aguas volvieran a su cauce.

En realidad tenían algo de razón, pues formaban parte de los poquísimos juguetes que tenían ( y teníamos) en aquella época...

Nunca pude imaginar, y eso que imaginación me sobraba como a Antoñita la fantástica jajaja, que en mi propia casa algún día iba a tener abogallas de adorno. Me parecen una cosa original y bonita, y además duran muchísimo...





Espero que a los de mi edad, este post les traiga gratos recuerdos.

Besos