Siempre había querido tener mi propio ex-libris, no había tenido ocasión de hacerme con uno y en un viaje que hizo mi hijo me lo trajo. Me hizo mucha ilusión, es una jirafa preciosa o al menos eso me parece a mí.
Es de madera y metal. En cuanto me lo trajo me puse manos a la obra y di un repaso a todos mis libros.
Me había hecho con El Quijote que hicieron para las escuelas en su 300 aniversario. Estaba, como muchos de los libros que compro, en muy mal estado. Lo arreglé y quedó así.