Hace un tiempo, en una de esas ferias de papel viejo a las que tanto me gusta ir, encontré un sobre con un montón de mariquitas recortables de otros tiempos, pero tenían un gran incoveniente...estaban todas recortadas.
Tardé muchas horas en organizarlas y saber qué vestido correspondía a cada muñeca, pero el resultado valió la pena. Pude lograrlo gracias a que la niña, dueña primitiva de dichas mariquitas, puso el nombre el nombre por detrás a cada muñeca y toda su ropita. ( niña ordenadita jajaja).
Después de organizarlas, se me presentaba el dilema de cómo guardarlas. Eran muchas y no sabía como hacerlo, hasta que se me ocurrió la siguiente idea.
Cogí una lata de tabaco que compré en Londres hace mucho y las coloqué como vais a ver:
Antiguamente a las latas de tabaco de lata las "refrigeraban" con unos agujeritos que le ponían en los lados para que el tabaco respirara y se conservara en buenas condiciones.
Corté unas cartulinas de la medida de la caja y pegué los recortables de manera muy superficial en un sólo punto para que se pudiesen quitar sin estropearlas.
En la tapa de la lata le pegué un recorte de una revista en la que explicaban la historia de las mariquitas recortables...me hizo gracia y la verdad es que ahí quedaba precioso.
Otro problema que surgió era cómo sacarlas de la caja...así que se me ocurrió pegar una cinta en el último cartón y así cuando quiero sacarlos, tiro de ella y salen sin ninguna dificultad.
Como os he dicho antes, las he puesto ligerísimamente pegadas, sólo en un punto para que no se deterioren...es decir, los recortables quedan sueltos.
Y así, en esta caja tan bonita, están todas recogidas y para mí, desde luego, son una gran joya.
Creo que ya os enseñé en otra ocasión otras pocas. Me encantan y a pesar de que tienen más valor sin recortar, cuando las vi en la feria de Madrid no fui capaz de dejarlas allí y así aumenté mi colección. Espero que esta idea de la caja os sirva a alguien para guardar alguna cosa que no supiérais como hacer.
Un beso a todos.