Ayer tuve la gran suerte de disfrutar uno de los días más bonitos del invierno. Hice una escapadita al campo y aunque hacía muchísimo frío, me lo pasé genial.
El campo después de una gran sequía, está precioso.
Por todos los sitios corre el agua y las charcas y los regatos están repletos, está todo verde y aunque hasta media mañana no se quita la escarcha, merece la pena darse un paseo y disfrutar del paisaje invernal.
Si no fuera porque la temperatura era de bajo cero, daban ganas de meterse a chapotear.
Esta es la Meseta, muchísimo frío pero muy sano.
Esta es la Meseta, muchísimo frío pero muy sano.