El rey Melchor me trajo este jueguecito de té de los años 40.
pero como venía de tan lejos...ja ja ja llegaron rotos dos platitos y una tacita,con el consabido disgusto de quien me los regaló.
Aquí lo veis más de cerca.
Aquí lo veis más de cerca.
Mi marido,con su santa paciencia,me lo ha pegado como ha podido. Sólo la cajita es preciosa.
1 comentario:
¡Que cosa tan curiosa! Cada día sorprendes más.
Publicar un comentario